VALIDAR PRIMERO
Frente a un adolescente con conductas de riesgo, lo primero que sentimos generalmente es un profundo deseo de que cambie, casi como si deseáramos que dejara de ser quien es para convertirse en alguien diferente, en alguien que no está siendo.
Sin quererlo, estamos invalidando sus emociones, su experiencia. No lo estamos viendo.
Retarlo, señalar lo equivocado que está, mostrarle todas las cosas que está haciendo mal, enumerar todo lo que debería hacer y cómo debe sentirse, prohibirle y suplicarle que deje de hacer lo que está haciendo, probablemente lo deje más solo e incomprendido si antes no lo acompañamos con aceptación.
Lo primero y más importante para comenzar a ayudar es VALIDARLO.
Validar significa comunicar, con palabras o acciones, que el adolescente es escuchado y visto. Que sus acciones, sensaciones, pensamientos y emociones son comprensibles y tienen validez inherente.
Es la respuesta "SÍ" a la pregunta "¿Puede esto ser cierto?"
Es un ejercicio para nosotras mismas, el ejercicio de observar y REGISTRAR lo que le pasa, lo que siente, lo que no está pudiendo cambiar por sí mismo, aceptarlo tal como es.
Es una tarea difícil, porque nuestra propia angustia puede impedirnos permanecer en ese lugar, llevándonos a rechazar o negar una parte de la persona que queremos que cambie.
El desafío y la clave es aceptarlo tal como es. MIRARLO.
Invalidar un aspecto de la persona, especialmente cuando proviene de personas significativas, puede ser muy duro, dejándolos en una posición de mucha soledad e incomprensión.
Enfocarse en que cambie es invalidante. Más bien, el foco debe estar en su persona, en su experiencia, en lo que necesita.
Validar su conducta, sus emociones y su experiencia.
Entender que lo que le pasa es real, tiene una razón, un sentido, una función; es la expresión de algo más profundo.
Entiendo que si te está pasando "esto", te sientas "así" y entonces hagas "esto".
Entiendo que haces "esto" porque te pasa "esto" y te sentís "así".
Y si no podemos comprender aún lo que le pasa, lo que siente y por qué o para qué lo hace, simplemente comunicar sin juzgar qué es lo que a nosotras nos pasa con eso.
"Siento que..., me preocupa que..., tengo miedo de...",.
Preguntar: "Qué necesitas?" Sin expectativas en las respuestas; aquí lo importante es comunicar que estamos disponibles, conectadas y, sobre todo, PRESENTES.
Estamos comunicando que vemos lo que manifiesta, que sentimos lo que sus acciones expresan, que aunque no entendamos o no sepamos que hacer estamos a su lado para acompañarlo.
La validación acerca y alivia; es el primer paso para tender una mano, crear un puente, hacerle sentir que no está solo y demostrar que estamos aquí y que nos importa.
Te dejo una frase de Carl Rogers para reflexionar:
"La curiosa paradoja es que cuando me acepto tal como soy, entonces puedo cambiar"
Para Rogers, la aceptación es la base del cambio.